Cuentan que en las noches de Luna llena, cuando el oscuro
horizonte desdibuja las finas líneas de un día que ya ha tocado fin, emerge de
su escondrijo un alma perdida en el pecado que, sin más afán que saciar esa sed
que eternamente le abrasa la garganta, deambula por los más recónditos rincones
de una ciudad dormida. Cuentan que cada una de esas noches es una fotocopia de
la anterior. Que en cada una de esas noches el alma inmortal encuentra un
cuello incauto en el que clavar sus colmillos, afilados como catanas, bebe con
ansia desmedida el néctar bermellón que emana de la fuente predilecta, también
conocida como carótida, y mientras con su lengua viperina limpia de pecado las
comisuras de sus gélidos labios, se flagela con la culpa de haber sesgado una
vida más, una vida inocente y desgraciada. Cuentan que tras el sangriento
ritual vuelve, con paso lento a su guarida; camina despacio, sin prisas, no
tiene nada que perder pues nunca ganó nada… Cuentan que cada una de esas
noches, el alma inmortal descansa sola.
Cuentan también que en una de esas noches la Luna brilló en el cielo con la intensidad
de mil satélites pugnando por vencer a la densa penumbra de la noche, una noche
en la que la rediviva vagó por las calles a la caza de su ambrosía y que en uno
de los rincones bajo un halo de misteriosa serenidad, con su pelaje canino al
viento, halló en silenciosa armonía a otro ser sobrenatural, tan olvidado como
ella, tan solitario como ella.Cuentan que la no
muerta sintió que, por fin, había encontrado ese alma afín que tan esquiva se
le había antojado durante su anodina existencia, ese alma gemela que necesitaba
para dar sentido a su no vida.
Y tomando una de sus
garras entre sus manos, desgarró con sus uñas el pelaje que la cubría, acercó sus
labios a la piel desnuda y con un único y certero mordisco unió su muerte a la
de ella, llevándole consigo a la condenación eterna.
A tí, alma mía.
Muchas gracias Bella por incluir este maravilloso relato en tu Blog. Un Besazo.
ResponderEliminarOhh!!! No sabes lo maravilloso que resulta encontrarte por mi pequeño rincón de ideas suicidas.
ResponderEliminarEres el alma...